No me van a dejar mentir, cuando todos vamos a aprender algún nuevo lenguaje de programación, por lo general nos encontramos escribiendo el simplón ¨Hola Mundo¨. Y no me malinterpreten, esta es una excelente opción cuando a penas se está iniciando en el mundo de la programación, sin embargo, ̉¿que pasaría si reemplazáramos ese típico primer programa por algo que no solo nos saludara, sino que también nos desafíe en nuestra comprensión lógica y matemática desde el principio?.
En la actualidad se han disparado los índices de ansiedad en las personas, este tópico por si solo nos da para una infinidad de posts acerca de ellos, pero ese no es el tema que nos ocupa.
Muchas veces cuando menciono a las personas que estudio la Ingeniería en Desarrollo de Software (o como algunas personas le llaman, computación) asumen que por el hecho de estudiar una carrera de ingeniería las matemáticas y yo somos uno mismo, pero no podrían estar más equivocados.
La educación superior se encuentra en un constante estado de evolución, especialmente en el ámbito de las Tecnologías de la Información e Ingenierías, donde los avances tecnológicos y las demandas del mercado laborar cambian con gran rapidez.
Cuando hablamos de desarrollo de software, muchas veces nos enfocamos en el resultado final, en el producto que se entrega al cliente, pero no en el proceso que se lleva cabo para llegar a ese resultado. Al no tener bien definido que proceso se llevará a cabo durante el proyecto nos estamos exponiendo a una serie de riesgos y desafíos que pueden dificultar la entrega oportuna al cliente.